RECONSTRUCCIÓN
DEL DISEÑO Y DIBUJO DE LA TÚNICA “DE LAS FLORES” O "DE LOS DEVOTOS"
MEMORIA DESCRIPTIVA
En este interés por recuperar piezas perdidas
se enmarca el encargo que la Hermandad del Gran Poder de recuperar, y
reproducir, en lo posible, la túnica conocida entre los hermanos de forma
coloquial como “de las flores”, por ser éste su elemento ornamental
predominante. Esta túnica se perdió en la 2ª mitad del S. XIX, y con ella se
fotografió al Señor en una de sus primeras fotografías, realizada por el fotógrafo francés afincado en Sevilla
Emilio Beauchy en la década de los 80 del S. XIX.
Para
lograr nuestro objetivo, la Hermandad nos ha facilitado las siguientes fuentes
gráficas donde se reproduce al Señor con la túnica;
·
La
fotografía citada de Beauchy, en grado razonable de calidad y definición.
·
Una
pintura al óleo sobre lienzo de mediados del S. XIX con el Señor de frente y
cuerpo completo, vistiendo la túnica que nos ocupa, que hace pareja con otra de
la Stma. Virgen, que se encuentra en las dependencias de la Hermandad;
·
Durante
la realización del trabajo, apareció a la venta en internet otra fotografía de
cuerpo entero del Señor con la túnica, de la misma sesión que la anterior pero
con una visión algo más frontal.
Estudio
Histórico
Aunque tenemos
previsto dejar para una posterior ocasión un estudio histórico-artístico más
pormenorizado de la pieza a reproducir, para realizar el trabajo hemos tenido
que realizar unas comparativas de las fuentes gráficas con los escasos datos
que se poseen de la túnica, pudiendo entresacar su evolución y modificaciones.
Por esos datos que
obran en poder de la Hermandad, existen muchas probabilidades, por estilo y
técnicas análogas con obras de esta cronología, que la túnica a reproducir sea
la que estrena la Imagen en 1817 (1). En 1854 se estrena otra, obra del
bordador Manuel María Ariza, que solo sale un año y de la que se desconoce su
paradero tras un pleito mantenido entre la Hermandad y el bordador (2). En
varios artículos de investigación, se ha asimilado la que ahora se nos ha
encargado reproducir con esta túnica de Ariza, pero no podemos afirmar que así
sea, pues los datos no lo corroboran; La Hermandad, tras esta efímera túnica de
Ariza, encarga otra a Teresa del Castillo, diseñada por su esposo Antonio del
Canto y estrenada finalmente en 1857; es la túnica conocida como “de la corona
de espinas”. Con esta túnica de salida –apreciación importante; no de camarín o
cultos- se fotografía al Señor en la que
por el momento es su primera toma fotográfica, en 1862, sobre su Paso,
expresamente sacado a la puerta de San Lorenzo para realizarla, pues entonces
todavía no se conocían medios técnicos para hacerlas en los interiores.
La túnica de Ariza
está en posesión de la Hermandad apenas un mes o incluso menos; tras el estreno
en Semana Santa se devuelve para su arreglo al bordador y a partir de ahí
desaparece, no constando su devolución ni su entrada en inventarios de bienes.
La hipótesis más fiable y razonable es que la túnica, ahora reproducida, fuese, tal y como hemos señalado, la que se concluye en 1817, que durante el transcurso de este trabajo de reconstrucción fue documentada en los libros de cuentas de la Hermandad como obra de Francisca de Paula Zuloaga (3), con cuyas obras guarda una similitud evidente, como es el caso de la Túnica ahora llamada "del delantal" de Ntro. Padre Jesús Nazareno del Silencio, obra documentada de esta bordadora en 1830;
La túnica en cuestión
poseía un dibujo de temática vegetal, incluyendo flores de diversos tipos y
tamaños, semillas y otros elementos vegetales, algunos de los cuales remataban
en unas curiosas “palmetas” o “plumas” que la hacen característica y muy
personal. Este dibujo era repetido en módulos simétricos entre sí, con un eje
de simetría principal en el frente, que es el de mayor desarrollo y
protagonismo de sus piezas, y otros ejes secundarios donde se enfrentan los
demás módulos. Un pequeño galón bordado y una estrecha y pequeña cenefa vegetal
recorren todo el perímetro de la pieza por la falda o caída, mangas y pecho,
situándose en el mismo un leve bordado además de la propia cenefa. Por lo que
se aprecia en la foto de Beauchy además de la pintura de la casa Hermandad, sus
bordados poseían incrustaciones de espejuelos o “talcos”, pequeños vidrios
azogados (a la manera de lentejuelas, pero con estas características y
materiales) que le daban un especial brillo a sus flores y motivos decorativos,
algo muy usual en los bordados de esta cronología y en especial de Francisca de Paula Zuloaga, como la túnica "del delantal" ya mencionada, y el grandioso Simpecado de la Hermandad del Amparo, de 1807.
De esta manera aparece
en el grabado de Utrera y en la pintura de la Casa Hermandad, fechados a
mediados del S. XIX, hacia 1850. Creemos que es el estado primigenio de la
túnica, aunque no es descartable alguna actuación anterior sobre la misma. Pero
en la famosa fotografía (fechable como hemos apuntado treinta años después como
mínimo) y en las demás posteriores citadas en el apartado anterior, se aprecian
sus motivos recortados y pasados a nuevo terciopelo base y además, completado
su dibujo ampliándole en altura el eje central y frontal, que pasa de tener un
remate en forma de “florón” o gran elemento vegetal de forma oval-polilobulada,
a tener dos, uno abajo (el que remataba el primitivo dibujo) y otro arriba,
añadido a modo de “ampliación”.
Igualmente, para
lograr una composición triangular con respecto al eje central ya aumentado en
altura, y así mostrar toda la delantera con mayor cantidad de bordados, de la
decoración de los lados (la que se va repitiendo por toda la falda en forma de módulos
enfrentados entre sí) se aprecian unos tallos rematados en pequeños cardos o
tulipanes, sin armonía ni coherencia compositiva con el resto del dibujo que
evidencian que se tratan de otro añadido efectuado en la misma ocasión de
pasado a terciopelo nuevo y enriquecimiento de sus bordados.
Salvando estos
añadidos, la túnica permanece invariable en sus dibujos y bordados tanto en las
fuentes gráficas posteriores como anteriores a la fotografía de Beauchy,
pudiéndose identificar invariables de manera clara.
Primer esbozo y desarrollo
del dibujo
Realizado este estudio, y con las
fuentes gráficas por delante, se ha realizado un dibujo a escala, realizado a
mano alzada, en grafito y tinta, con el desarrollo de la ornamentación, para el
cual nos han servido todas las fuentes gráficas, pues lo que permanecía oculta
en alguna, era visible en otras, no obstante había zonas ocultas o poco
definidas que eran susceptibles de reinterpretar, realizándose un primer dibujo
de las mismas. Se apunta la altura aproximada del eje central y su desarrollo
para contrastarlo por la Hermandad.
En este primer trabajo, se realiza
una reinterpretación del estado de la túnica, pues los tallos añadidos
posteriormente y perfectamente visibles en la fotografía de Beauchy se esbozan
no sólo en el frente o vista frontal acompañando al eje central, como fue en su
origen, sino que decidimos repetirlo en todos los módulos iguales en los que el
diseño se estructura, según ya hemos expuesto, logrando darle mayor entidad
general a su bordado, pues de lo contrario este quedaría ocupando muy poco
espacio en toda la vista trasera y lateral de la túnica (muy bajo el bordado) y
subiría en un exagerado y poco proporcionado “penacho” en el frente. En la
vista trasera, tomando como referencias otras obras similares en tipología, estilo
y época, no se forma otro eje central subiendo en altura, sino que se deja a la
altura del resto de la túnica a modo de ancha cenefa.
Estas primeras anotaciones y bocetos
son contrastados con la Hermandad en Junio de 2.017, acordándose leves modificaciones
y dándose el visto bueno para proseguir con la siguiente fase.
Estudio del patrón
actual de las túnicas de la Imagen y digitalización y ampliación de las zonas
del dibujo visibles en la fotografía.
Una vez claro el desarrollo
ornamental y la estructura del dibujo de la túnica, el siguiente paso era
trabajar ya sobre el patrón de las túnicas para realizar el dibujo definitivo
listo para ser bordado en oro.
El punto de partida fueron los
dibujos patronados de la túnica “de los cardos”, realizados al pasarla a nuevo
terciopelo en 2.008 en los talleres de bordado “Santa Bárbara”. Mediante una
serie de superposiciones digitales de dos fotografías, la del S. XIX ya citada
y una moderna desde un ángulo y altura casi similar del Señor vistiendo la túnica
de los cardos ya restaurada, se logra
entresacar la altura aproximada en la que quedaban los bordados de la túnica a
reproducir, lo que comienza a marcar las cotas máximas de altura y anchura de
sus bordados en la falda o caída, mangas y pecho.
Es en esta fase cuando se constata el
cambio del patrón en las túnicas; la original que se iba a reproducir tuvo más
anchura o “vuelo” que las actuales, y el corte
de la zona de la falda por el borde inferior no tenía las curvas ni las
asimetrías que ahora tiene para adaptarse a la potente zancada del Señor y ser
de fácil colocación y adaptación a la Imagen.
Establecidas las cotas de altura y
anchura máxima de los bordados y la aproximada de algunos motivos decorativos,
llega el momento de “descomponer” digitalmente en fragmentos la fotografía de
Beachy, (la más nítida y de la que se podía sacar mayor información)
corrigiendo también digitalmente las deformaciones lógicas del dibujo al estar
colocado sobre la imagen, en perspectiva y/o escorzo en algunas zonas. Los
fragmentos resultantes se amplian al tamaño dado por las cotas antes marcadas
de altura máxima sobre el patrón y se imprimen, comenzando a pasarlas al dibujo
definitivo realizado sobre papel vegetal.
A la hora de definir bien los motivos decorativos y concretar algunos casi sugeridos o muy poco nítidos en las fuentes gráficas hemos tenido en cuenta bordados de la misma época, estilo muy similar y algunos motivos decorativos casi coincidentes o coincidentes del todo, como son una saya de camarín de la Virgen del Loreto de la Hdad. de San Isidoro, fechable en la primera mitad del S. XIX, otra saya de la Hdad. de la Virgen de los Dolores de Constantina (Sevilla) y la ya mencionada túnica “del delantal” de la Hermandad del Silencio.
Prueba, últimas
modificaciones y dibujo definitivo
En Octubre de 2017, el dibujo
resultante de todo este proceso, sobre el patrón definitivo, se pasa a un
tejido de lienzo moreno con el que se confecciona una túnica y se realiza
una prueba. Se anotan posibles correcciones, como el
hecho de retranquear el dibujo del bordado de la manga, o la altura de algunos de sus bordados y
del eje principal o frontal. Asimismo se corrige levemente el corte de la zona inferior de la prenda, con lo que
el dibujo hay que adaptarlo de nuevo a esa zona.
Realizadas estas modificaciones, el
dibujo patronado listo para bordar queda concluido a finales de Noviembre,
fecha en la que es entregado al taller de bordados.
Ya solo restaba realizar la
presentación, quizá la parte más visual y espectacular de nuestro trabajo. Para
ello, tomando como base una fotografía del Señor de cuerpo entero obra de
Haretón se ha pintado al grafito y acuarela, y sobre este retrato ha
sobrepuesto digitalmente el dibujo del bordado, dándole su correspondiente
juego de planos y pliegues. De esa reconstrucción digital se han tomado unas
cotas y referentes que luego han servido para realizar, ya a mano alzada y a
grafito o lápiz, el resto del dibujo, luego completado con los colores y
sombras realizadas con la misma técnica de la acuarela.
Consideraciones finales
Con
todo lo expuesto, queda claro que hemos realizado una reconstrucción del dibujo
de la túnica perdida de la manera más fiel y escrupulosamente respetuosa con
las fuentes gráficas que nos quedan de ella, de forma arqueológica, aunque
hemos reinterpretado algunas zonas para adaptarla al patrón y la forma de
vestir actual del Señor, respetando su impronta y sello visual actual, así como
para corregir los posibles efectos disonantes que la túnica ya en aquel tiempo
presentaba.
Ya
en lo estrictamente personal, para nosotros ha sido un gran honor trabajar para
la Hermandad de Ntro. Padre Jesús del Gran Poder y nos hemos encomendado este
trabajo a nosotros mismos como un servicio al Señor, como una ofrenda de lo
mejor que podemos ofrecerle, nuestro trabajo, interés, arte y diligencia,
esperando verlo pronto vistiendo esta ofrenda de amor de todos sus devotos.
1 .Mayo Rodríguez, Julio ; “Noticias sobre la túnica bordada por Ariza en 1854 para El Gran Poder”, en el Boletín de las Cofradías de Sevilla, num. 494, Abril 2.000, pags. 158-160.
2. Idem.
3. El dato del pago a Francisca de Paula Zuloaga fue encontrado en el transcurso de esta recuperación en los libros de la Hermandad.
4. Esta forma de proceder era habitual en Juan Manuel, constando por ejemplo la enajenación de faldones con bordados de principios del XIX como entrega a cuenta al bordador para la ejecución del manto de Madre de Dios del Rosario a principios del S. XX.