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PROYECTO DE TRONO PARA MARIA STMA. DEL CONSUELO. COFRADIA DEL CONSUELO. ANTEQUERA.




Para la Cofradía del Stmo. Cristo de la Misericordia y Ntra. Sra. del Consuelo de la localidad malagueña de Antequera, conocida como "El Consuelo" realizé este proyecto de trono para su Titular en el pasado año 2015.

La Virgen del Consuelo es una imagen dolorosa del S. XVII, que hoy en día se atribuye a Juan Bautista del Castillo. Es una Cofradía que agrupa a antiguos Titulares e imágenes, todas de gran valía, y reside en el también histórico templo Parroquial de San Pedro de esa localidad. La Cofradía sale el Jueves Santo, y se puede calificar como de las más populares o alegres de la Semana Santa antequerana, sobre todo su Trono de la Virgen.

La Cofradía poseía un trono al modo antequerano, y así se reaundan las salidas procesionales en el primer tercio del S. XX. Pero a partir de 1941, se produce un cambio estético radical en la presentación de la imagen, adquiriendo una personalidad propia en el contexto antequerano; se realiza un trono de madera tallada y dorada con candelabros -arbotantes- en las esquinas al modo malagueño de la capital, aunque con algo menos de envergadura, y se incluye candelería en el trono, algo inusual en el estilo antequerano. Asimismo, el atuendo de la imagen de la Virgen se "sevillaniza", abandonando los colores oscuros por una saya blanca, manto rojo y mantilla-toca de sobremanto.

Trono de la Virgen del Consuelo en 1941, el primer año en que se reforma su estética.

En la actualidad, y tras un proceso de reformas y añadidos, el trono adolece de una estética unitaria y sobre todo lógica que aborde con coherencia el estilo con el que esta Hermandad se ha singularizado en el contexto de las Cofradías Antequeranas; como una excepción a ese estilo al incluir candelería, palio de figura, candelabros de madera tallada y dorada, color rojo vivo de los terciopelos, etc. Este carácter de única excepción no plantea, a nuestro juicio, un cuestionamiento o menosprecio del estilo genuino antequerano, sino una intención de continuar con una singularidad y personalidad que se mantiene ya desde varias generaciones, siendo así como siempre la han conocido las actuales.

Para ejecutar este proyecto y como premisa previa muy importante, la Cofradía, a través de su asesor artístico, me transmite su apuesta por continuar en este estilo que se erige en excepción, pero dándole coherencia, unidad y un planteamiento lógico, reestructurando todo el trono y recurriendo al sello ornamental antequerano siempre que sea posible encajar en esos parámetros. Personalmente he procurado respetar esa premisa, adaptando ese sello ornamental y visual local al modelo de trono que se pedía.

Partiendo de que la mesa de las andas es invariable en medidas por ser la que se ajusta a la puerta de la iglesia, el primer factor a cambiar son las proporciones; se ha querido acortar la tremenda altura del varal -dada por la altura de la peana de la Virgen- introduciendo un pequeño cajillo, de no demasiada altura que enlace así con los tradicionales tarimones antequeranos, si bien estos obedecen a otro concepto y envergadura. Se ha diseñado en estilo barroco-rocalla, con cartelas con relieves en plata, recurriendo así a otra impronta de ecos antequeranos; mezclar plata en su color y madera tallada y dorada. Asimismo, los candelabros u arbotantes de las esquinas (con poco desarrollo por armonía y medidas de la puerta de salida) también poseen cascabullos en orfebrería de plata donde apoyan la taza de las tulipas. Este cajillo describe unos entrantes en su frente y costado, alojando en el frente una reproducción del templete e imagen de la Virgen del Rosario, importante devoción de la localidad:



 El cajillo se introduce en el nuevo trono proyectado para acortar así el tiro de los varales, demasiado largos actualmente. Trata de adaptar a la singularidad de este trono referentes visuales antequeranos, como la presencia de plata repujada y madera tallada y dorada,

En los entrantes del centro de los costeros, se platea un arbotante en forma de curva y contracurva que soporta un farol que, surgiendo y apoyando en el cajillo, se convierte en farol entrevaral, para ir realizado también en madera tallada y dorada;


Los varales tendrían los tubos de metal plateado y repujado y los nudetes, macollas centrales y basamentos de madera dorada, siguiendo también la impronta y tradición estética de los tronos antequeranos. 

Punto esencial que condiciona en gran medida todo el proyecto es la peana de la Stma. Virgen. Al ser un trono que lleva candelería, una peana de madera tallada y dorada como la actual, con avance y penachos y arbotantes precisamente hacia la candeleria no es muy funcional, pues acaba muy salpicada de cera que para quitarla sufre necesariamente el dorado. Por ello se me plantea la posibilidad de proyectarla en metal plateado, pero siguiendo modelos antequeranos. Como se ha introducido un cajillo, sobre las andas, la peana tiene que ser forzosamente menos alta; y en esas dimensiones trato de encajar una con el "cuello" típico o estrangulada en el centro, pero resulta demasiado estrecha sus medidas para ese desarrollo, por lo que decido proyectar una que ofrece casi el aspecto de un "pie de blandón" o candelero gigante, a cuatro caras, inspirada en esta peana de la Virgen de los Afligidos de la Iglesia de San Sebastian de esta misma localidad de Antequera;


Pero llevándola a un lenguaje de orfebrería y menos afiligranado, con una especie de plinto superior (donde iría la imagen) y otra moldura inferior donde sobre la cabeza de querubín se ubicaría la media luna de plata de la imagen, de gran envergadura, que no ocultaría así en demasía su saya y figura, restándole esbeltez. Sobre esa misma moldura inferior, se ubicarían dos querubines que actualmente tiene en la peana.

La peana se ubicaría en el centro de las andas, para que la imagen ocupe ese espacio y no esté como ahora un tanto adelantada; dejando poco espacio (además de por la envergadura de la actual peana que avanza o abre hacia adelante) para la colocación de la candelería;


 Al decidir mantener la candelería, se llega al acuerdo de que la candelería actual, en número y tamaño no tiene definición ni obedece a un modelo u otro, y habiendo apostado la Hdad. por mantenerla, el proyecto contempla aumentar su número hasta 46 candeleros en total, un número no muy alto pero sí suficientes como para que adquiera entidad como tal y concentre luz de cera y la proyecte -objetivo principal de una candelería- sobre la imagen de la Virgen. Para que no sea su planteamiento o presencia en el trono demasiado invasivo, se plantea muy abierta por arriba dejando ver muy exenta la imagen de la Virgen, y sin demasiada altura, algo más propio de la estética malagueña o sevillana.

Punto esencial para dejar hueco a esta candelería es la supresión de los actuales candelabros de guardabrisas o arbotantes, obra de Guzmán Bejarano, de gran envergadura que al no poder ubicarse en las esquinas se han situado en el primer entrevaral, no dejando espacio para colocar candeleros. Por ello, los candelabros proyectados se han aminorado de tamaño y desarrollo y situado en las esquinas del trono.


En cuanto al palio, guardando coherencia con el conjunto ya expresado, se mantiene su línea "de figura", su dibujo independiente por cada paño y el tono rojo del terciopelo, pues el techo de palio actual sí se va a mantener en este proyecto. Las bambalinas actuales están bordadas con piezas de un antiguo manto de la Virgen, y son todos los paños independientes tanto de dibujo como físicamente, montándose en el bastidor del palio también independientes. Decido dibujar una bambalina de una pieza en el frontal y el trasero (ahora también independientes cada paño) y otra pieza unitaria para cada lateral, pero con mucha apertura entre paño, hasta casi el bastidor del techo de palio, pudiéndose mantener el movimiento que actualmente tiene pero montarlo más prácticamente todo de una vez. El fleco de bellota se mantiene, y por arriba la forma es muy atemperada y recibe una especie de crestería para ir realizada en orfebrería, también recuerdo o referencia a las cornisas y moldurones de los palios antequeranos.



Las bambalinas forman una pieza en el frontal y en el lateral, pero en este último cada paño lleva una apertura muy alta, hasta casi el bastidor del techo de palio, permitiendo que se muevan como actualmente lo hacen de manera independiente y deslizándose entre varal y varal.


El repertorio ornamental está entresacado del bordado típico antequerano; se puede hablar de un "círculo" de bordado antequerano, que abasteció, además de lo estrictamente local, a poblaciones de la comarca y llegó hasta la capital malagueña, con prendas con una cierta unidad en dibujo y técnicas de bordado, fácilmente reconocibles, que es la impronta que hemos intentado plasmar en en el palio, adaptándola al concepto de un palio "de figura"

Ejemplo prototípico de bordado antequerano, obra de Antonia Palomo a mediados del S. XIX

Otros detalles del proyecto son unas sencillas jarras, muy clásicas en su forma y procurando no recargar el conjunto, y el arco de campana, que describe una "M" y una "A" de María, así como las cabezas de varal, que siguen la forma clásica de este elemento. describiendo una rosca, pero de la que salen tallos de azucenas.


 El Proyecto fue aprobado en Cabildo de Hermanos el mes de Julio del pasado año 2015, quedando a la espera del comienzo de ejecución de sus diversas fases

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